Cine LGBTQI: antes y después del 2018
- Liceo Magazine
- 14 jun 2018
- 4 Min. de lectura

Me atrevo a pensar (porque hay suficientes razones para ello) que el 2018 marcará un antes y después definitivo para el cine de temática LGBTQI: un año en el que aún podemos encontrar películas como Marvin o La Bella Educación, de Anne Fontaine (Francia, 2017) recién estrenada en España en el FIRE!! (Festival Internacional de Cine Gay y Lésbico de Barcelona) la cual repite la aburrida fórmula del gay débil, víctima de bullying y abusos sexuales, menospreciado por su familia, etc. que al final es salvado por un don (el teatro, en este caso) a través del cual finalmente puede explotar toda su sexualidad. Fórmula que también se repitió, aunque con más melodrama y menos drama, en Saturday Church, de Damon Cardasis (Estados Unidos, 2018) también estrenada previamente en otro festival, el Americana. En aquél caso, el joven protagonista encontraba su salvación en la danza.
Crítica: Saturday Church

Por fortuna, también ha sido el año del clásico instantáneo Call me by your name, de Luca Guadagnino (Italia y otros, 2017), quizá la primera película de la historia del cine mainstream donde finalmente la homosexualidad es vista sin ningún tipo de problema, tabú, cliché o dejo de tragedia (quizá sí algo de drama, pero como género). El romance de Elio y Oliver conquistó a las audiencias por el descaro, la naturalidad y la sensualidad con la que sus personajes asumían sus sentimientos; sin aquélla terrible carga de culpas, tragedias y dolor que suele acompañar al cine de temática gay.
Crítica: Call me by your name

En el medio, encontramos también las películas "gemelas": Love, Simon y Alex Strangelove, todas unas joyas pop reivindicativas del héroe gay. La primera, mercadeada como una gran apuesta de Hollywood: "Simon es a la comunidad gay, lo que Black Panther para la comunidad negra y Wonder Woman para la mujer". Sí, ya sabemos que Hollyood es un atrapatontos de primera. Alex Strangelove recién debutó el pasado fin de semana (8 de Junio, para ser más exactos) a través de la plataforma Netflix, la casa de la mítica serie Sense8.

Simon y Álex se parecen: ambos van al instituto, tienen amigos guay y comprensivos, familas amables y respetuosas y coquetean con chicas hasta que descubren que su rollo son los chicos. Está bien, no se trata de que todas las historias LGBTQI deban ser lights, pera ya es hora de verlas en otros géneros diversos al drama y la tragedia. Es la única forma de que los nuevos espectadores, y cuando digo nuevos me refiero a niños y adolescentes, entiendan que además de ser gays también pueden ser estudiantes, profesionales, padres de familia, super héroes... y no sólo unos chicos débiles esperando que el fuerte llegue a rescatarlos, como si se trataran de cenicientas trasvestidas.

En el mismo extremo de Call me by your name también hemos podido ver películas independientes, que si bien son dramas, igualmente han jugado con otros géneros y temas, absolutamente cercanos a la cotidianidad gay: la maravillosa Grímsey, de y con Richard García y Raúl Portero (España, 2018), una roadmovie con un héroe y su escudero (rollo Don Quijote-Sancho Panza gays) en busca del amor-hombre-ideal. Y la próxima a estrenarse (al igual que la anterior, ya la vimos en el D'A - Festival de Cine de Autor de Barcelona) Nadie nos mira, en la que el protagonista trata de hacerse una carrera como actor en Hollywood, mientras trabaja como babysitter y lidia con todas las adversidades de ser un inmigrante. Porque sí, porque además de amar a otros hombres, los gays también tenemos vida propia y "problemas" diferentes al rol sexual.
Crítica: Grímsey

Por último, haremos una mención especial a los súper héroes que han venido a rescatar el orgullo y la identidad de muchos niños, pre y adolescentes: The Ray, el primer súper héroe gay de los cómics, a quien DC/Warner finalmente dio una serie animada más un cameo en una serie live-action (Leyendas del Mañana), donde se emparejaba con otro súper: el Capitán Frío, en la misma serie y capítulo (Crisis en la Tierra-X) donde veíamos a la heroína lesbiana Canaria Blanca hacer de las suyas con la hermana de Súper Girl, y ya de vuelta a la pantalla grande, FOX ha querido tomar la delantera este mismo verano con un par de súper heroínas lesbianas en Deadpool 2.

Yo sí creo que algo diferente va a pasar a partir de ahora y el hecho de ya no tener que esperar por un festival de cine LGBTQI para ver una película con temática gay es la primera prueba de ello. Ahora mismo se ha anunciado la programación de la nueva edición del Atlántida Film Festival (la cual pronto reseñaremos) y éste es uno de sus platos fuertes. Es muy sencillo: la homosexualidad también es comedia, acción, romance, animación, musical, suspenso y sí, a veces también es tragedia; como todo en la vida. Quizá también te interese leer:
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