No hay suficiente cerebro para sobrevivir... al arte de Thomas Lerooy
- Liceo Magazine
- 28 dic 2021
- 2 Min. de lectura

El artista belga Thomas Lerooy es conocido por su habilidad para dibujar sobre motivos clásicos y jugar con conceptos modernos. Es también un ejemplo claro de la subjetividad del arte y de cómo la obra cobra vida propia más allá de la idea original de su creador. Si antes cualquier interpretación quedaba en la cabeza de los visitantes de los museos, el S.XXI y específicamente el fenómeno de las redes sociales ha convertido al mero espectador en produsuario. Ese usuario que toma la obra para producir nuevos significados y contenidos (mejor ejemplo de lo que hablamos: el meme).

La idea original de la obra surgió de la propia incapacidad de Lerooy para perfeccionar un concepto para su próxima exposición. Al final, ese desafío se convirtió en el concepto. “Esa búsqueda interminable se convirtió, en cierto momento, en la idea principal. Estaba buscando un paso por encima de mi capacidad, yendo más allá de lo que mi mente podía llegar ”, contó entonces Lerooy a My Modern Met. “Empecé a pensar en cómo podría convertir esta idea en una escultura. Mi cabeza literalmente se sentía muy grande y pesada, como si solo existiera una mente sin un cuerpo ... una pelea entre el interior y el exterior".

A partir de su amor por la escultura clásica griega y romana, Lerooy creó cuerpos fuertes y poderosos cargados por grandes cabezas. Para él, las piezas representan un momento de quietud justo antes de la caída. En particular "No hay suficiente cerebro para sobrevivir" se ha convertido en un sello distintivo de la obra de Lerooy. Aquí un pequeño cuerpo se inclina hacia un lado, arrastrado por el peso de una enorme cabeza. El líquido se derrama de la boca ligeramente abierta de la figura mientras su cabeza descansa en el suelo, incapaz de encontrar la fuerza para sostenerla.
Popularizada como "el peso de los pensamientos", la obra de Lerooy enseguida comenzó a verse como un ejemplo del estrés del hombre del S.XXI, la depresión y la enfermedad mental... hoy, a finales de 2021, ejemplifica como ninguna otra obra el desgaste de la humanidad tras dos años de aislamiento, subidas y bajadas de casos por COVID, prohibiciones, planes cancelados, peleas políticas que empeoran todo en lugar de proponer soluciones, crisis, desempleo... el espíritu de nuestro tiempo.

Como reconoce el propio Lerooy "a lo largo de los años estas obras han ido adquiriendo un nuevo significado por parte de los espectadores. Las personas ponen sus propias capas y significados en el arte, lo que les permite evolucionar constantemente y mantenerse dinámicos. Lo que noto hoy es que aparecen en todas partes en las redes sociales en diferentes tipos de escenarios y significados”, comparte Lerooy. “Los recogen los estudiantes mientras se preparan para los exámenes, la gente común después de tantos meses de encierro, gente con resaca, incluso el movimiento #BlakLivesMatter… después de que una obra de arte se muestra al público, comienza su propia vida y eso es lo interesante, que la gente le dé su propio significado."
¿Y tú, te identificas con una escultura en la que el peso de los pensamientos hace crecer el cerebro a tal punto de tirar abajo su propio cuerpo?
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